El Diario de Salliah [7/60]

Mi nombre es Salliah Stepton, y este es el inicio de mi nuevo diario. Es posible que cuando ustedes lean este diario… yo ya estaré mucho muy lejos de aquí y no podrán volver a verme… no, no me habré muerto, más bien seré victima de la más cruel e inhumana tortura que el hombre haya inventado… humillación pública…


Como ya les mencione, yo soy Salliah, acabo de pasar por mis quince primaveras, así que ya no soy una niña y empiezo a ser una señorita… y como toda señorita, entro a lo que llamamos comúnmente; preparatoria…
Vivo en una ciudad que posiblemente jamás hayan oído hablar de ella, en un país que jamás han oído… para mi suerte, soy hija única… vivo con mi irresponsable padre; que siempre anda en busca de un nuevo empleo… pero a diferencia de los demás… mi madre ya no está con nosotros…

A veces me siento triste porque la extraño, pero ella se fue cuando tenía menos de dos años, así que los pocos recuerdos que tengo de ella son gracias a mi padre… aunque el exagera en unos detalles y no sé cuando una cosa es verdad y cuales no…
Otra característica importante mía es que tengo una pésima suerte… ¿Han oído la frase: “Como buscar una aguja en un pajar”?... Créanme que si me siento en un pajar… me entierro la aguja… así de terrible es mi suerte…

Se preguntaran como soy… ¿no es así? Pues no estoy muy segura de cómo describirme, por lo que me han dicho en la calle, aparte de “¡¡Ay Papanntla!!” o algo así como “Estas como quieress…” yo me describiría como… de unos 165 cm, cabello negro, ojos verdes, delgada, y siempre estoy en constante cambio de peinado.

La razón por la que escribo este diario es para mostrarle a la humanidad como soy víctima de la humillación y también demostrar que el mundo es el que está loco… y no yo…
Primeramente, la semana pasada entre formalmente a la preparatoria del Colegio Rhodas, en donde no habían pasado más de dos minutos cuando mi padre me llevo a la escuela.
-¡Nos vemos a la salida mi bebe! – grito enfrente de todos y enseguida saco la cámara y me estuvo tomando fotos mientras lloraba…
Tengo entendido que… los padres se emocionen por el primer día de escuela de sus hijos… pero, yo ya no tengo tres años y no me dan ganas de llorar…

Después, descubrí que la escuela tiene cuatro grupos por cada año, los grupos se dividen de A hasta D, es la primera vez que asisto a una escuela tan grande. Mi salón es el 1° “D”, y la primera impresión del grupo… vaya que me dejo una gran impresión… todos parecían tener problemas en actitud y emocionales… unos corrían por salón, otro lloraba en una esquina, otro se colgaba del ventilador, otros quemaban una banca y unas cuantas parejas estaban pegados dándose respiración de boca en boca… pero para mi suerte encontré un buen lugar el cual lo rodeaban varios de mis amigos, el problema es que se encontraba en la esquina…
Creí que solo los estudiantes estaban locos, pero tal parece que la locura es una enfermedad que se propaga contagiosamente por la escuela… así es… los maestros también estaban dementes… pero aun no quiero criticarlos, al igual que mis compañeros…
Esta primera semana, me la pase llena de trabajos… a los maestros les encantan las tareas y creen que es la única forma en la que podamos aprender… pero en esta primera semana nuestro grupo tuvo problemas de conducta… por ejemplo; amarraron a un profesor a su silla con cinta adhesiva, dejándolo completamente inmóvil y con la boca tapada…
Pero él se lo busco… a todo mundo le cae mal… y ni siquiera se sabía los nombres de los estudiantes, ejemplo; llego a dar su clase al salón.
- ¡Hey tu! – Me grito moviendo su mano - ¡Tu, la de las cortinas! – y me obligo a abrir las cortinas, pero para mi suerte… ese dia tenía lastimada la espalda debido a que me tropecé con una piedra… ¡Si, ¿Quién rayos se tropieza con una piedra?! En fin… como les decía… mi espalda esta adolorida y como me pare de mi asiento rápidamente, me la lastime aun mas y parecía que estaba toda jorobada…
- ¡Aahh… cortinas…! – exclamaba del dolor… parecía un Cuasimodo que jalaba una cuerda… Claro que fui objeto de burla esa clase…

Otra día… cambiaron mi banca… no sé porque la cambiaron, de seguro fue una broma, pero en cuanto me senté, la banca se rompió… de nuevo fui objeto de burla… Cuando el intendente llego solo sonrió y dijo:
- De las 400 sillas que hay en la escuela, una estaba rota, y no la pude componer porque la perdí de vista… gracias por encontrarla – me dijo con una sonrisa.
¡¡Odio mi suerte!! Si escribiera un libro con todas las cosas que me han pasado, de seguro le ganaría a la colección de Harry Potter…

Así comienza mi experimento… Un experimento que consiste en un diario para demostrar la locura del mundo y evitar que futuras generaciones sufran el mismo fatal destino que yo… la humillación…

¡Espero que tu, no seas de los muchos que se han reído de mis desgracias, ¿Acaso tengo pinta de ser payaso?!

Buenas Noches y espero que mi siguiente día no sea tan trágico…

Ya ha pasado una semana de que empecé este diario, y pues esta semana ha sido tan terrible como lo fue la pasada. Primeramente se debe a un accidente en mi casa, mi Padre tomaba un baño, mientras yo estaba abajo en la cocina tomando un refresco.
-¡Salli, no hay agua caliente, creo que se apago el boiler, ¿podrías prenderlo por favor?! – me dijo mi Papa desde la parte de arriba de la casa.
- ¡Claro Papi! – le respondí. Así que salí por la puerta de la cocina hacia el patio en donde se encuentra el boiler. Abrí la pequeña puerta que tenía, presione el botón para que dejara salir gas, encendí un fosforo y…
¡BOM!
- ¡¡¡AAAHHHH!!! – comencé a gritar y correr por el jardín con el pelo incendiado.
- ¡¿Qué pasa hija, que pasa?! – llegó mi padre corriendo, (claro que con una toalla, sino… que vergonzoso) al verme solo exclamo - ¡Oh! Solo tírate en el suelo y rueda… - Claro que yo ya no me movía y el fuego crecía. Entonces mi padre al fin se decidió por apagarme.
En el hospital el doctor me dijo que solo tenía unas pocas quemaduras de cuarto grado…
¿Qué dicen? ¿Qué no existen quemaduras de cuarto grado? ¿Qué es invento mío?
A ver; una pregunta:
¡¿Acaso son doctores?!

Ese fue el inicio de mi terrible tercera semana en la preparatoria, en el salón de nuevo fui objeto de burla porque llevaba vendada la cabeza, parecía que llevaba un turbante…
Incluso mis amigos se rieron… por cierto, no les he contado sobre mis amigos, bien empecemos con mi amigo Gerardo Thompson…
Gerardo y yo hemos ido juntos desde la primaria, siempre nos hemos llevado, es mi mejor amigo y yo soy su mejor amiga (y si no lo soy, creo que lo golpeare), muchos dicen que lo maltrato mucho, aunque no creo que sea cierto, por ejemplo…

Cuando su amor platónico, Amanda LaRonde; lo mandó por un tubo cuando Gerardo se le declaro, llego conmigo y me platico sus penas y yo le preste un hombro en donde llorar…
¿Qué? ¿No me creen?
Bueno está bien… la verdad es que llego casi llorando conmigo y en vez de consolarlo solo le dije:
- ¡Lárgate de aquí idiota! – aunque empezó a llorar aun mas, seguí sin darle importancia hasta que me enfado y le di una patada voladora, con eso se calló y me dejo en paz… unos 30 min, en lo que se le bajaba el shock de la patada.

Como ven, no lo maltrato…
¿Verdad?
Recuerdo que cuando lo conocí, mi Papá me pregunto sobre él.
- Es raro… - le dije.
- ¿De verdad? – Me preguntó - ¿acaso será gay? -
- … no me refiero a ese “raro”, Papá… - le respondí.

Volviendo a Gerardo; les describiré como es. Es más alto que yo, como unos 8 o 10 cm mas alto; de pelo café y muy descuidado, ya que no se lo peina… de ojos azules oscuros, y normalmente lo podemos ver con el uniforme de la escuela.
Sus padres también son distintos, su mamá es japonesa y su papá es de este país, pero Gerardo no tiene ningún rasgo japonés, lo único es que si habla japonés, aunque nunca me quiere enseñar nada, mendigo desgraciado…

- ¡Salliah, Ohayou gozaimasu! – Me saluda cada mañana, es lo único que me ha dicho que significa, se traduce como “Buenos días” pero de manera formal.
- Buenos días Gerardo – lo saludo, cuando estoy de buenas. Pero en eso, cuando doy un paso… se tropiezo con una piedra que salió de la nada, pero esta vez, Gerardo logro cacharme.
- Salliah… - me dijo acercando su cara, nuestras frentes casi se topan y en eso…
- ¿Eh? Pero qué rayos traes en el pantalón que me esta lastimand… - claro que entendí que era, y si no lo entienden, no me obliguen a explicárselos - ¡¡MALDITO PERVERTIDO!! – grito histéricamente mientras le lanzo un puñetazo justo en la cara y sale volando.
Ya no supe en donde cayó debido a que Salí corriendo, pero según me contaron, cayó sobre la Prefecta, y claro que le dieron unas horas de detención.

Así es mi amigo Gerardo… un maldito pervertido, aunque no siempre es así, bueno, hace dos días me paso las respuestas de un examen, solo que nadie lo debía ver, así que me los paso por debajo de la mesa del comedor, pero el zoperutano este, se paso de largo…
- ¡¿QUÉ ME ESTAS AGARRANDO INSOLENTE RENACUAJO?! – le grite mientras lo golpeaba… de nuevo, pero esta vez su caída fue menos drástica, cayó sobre los botes de basura y la basura le salpico a la Prefecta que iba pasando por allí.
Claro que la maestra casi se lo come vivo, pero solo le dio unas cuatro o cinco horas de detención.

Pero aunque Gerardo sea una sabandija calenturienta de lo peor, es una persona noble y muy divertida, golpearlo me causa demasiada risa y aparte es un excelente deporte, nunca sabes a donde caerá después del golpe volador que le das.
Incluso varios compañeros ya realizan apuestas sobre donde caerá y cuanto tiempo le darán de detención, creo que es lo único bueno que me ha pasado en la semana, golpear a Gerardo me pone de buenas.

Buenas noches, espero que mis siguientes días mejoren y que Gerardo haga más estupideces para poder golpearlo… ¡hasta luego!

Hola a todos mis lectores, he decidido empezar a escribir sobre algo que me sucedió hoy y tenía la urgencia de contarles, se trata sobre…



Perdonen la tardanza… es que mi molesto padre entro a mi habitación a jugarme su clásica y desesperante broma de “¡Te veeeoooo Saalliii!”, siempre me la hace; a veces cuando estoy practicando con la guitarra, de hecho ya le rompí una guitarra en su cabeza; también una vez me hizo eso cuando me estaba bañando ¡y con una cámara de video!

¡De veras como me desespera y me humilla mi padre!… Ah también no les he contado sobre él, déjenme les cuento un poco:
Su nombre es… bueno, de hecho no se cual es su nombre, jamás me lo ha querido decir y como siempre cambia de trabajo jamás le puedo ver un gafete con su nombre. Solo una vez que trabajo en un restaurante de comida rápida, llamado “Quentuchi Frai Kitten”; pude ver su gafete a escondidas y para mi sorpresa solo decía “El Papá de Salliah” y de hecho todo mundo le dice y lo saluda de dos formas:


Aparte, jamás encuentro sus documentos personales; no sé donde tenga sus actas de nacimiento, sus credenciales; bueno, la única que carga consigo es la de conducir, pero es falsa porque en su foto sale con una peluca colorida y esponjada de payaso, y en su nombre dice “Papá de Salliah” y su apellido tiene “Stepton”, mi padre, aparte de loco y demente, es muy misterioso y cerrado en cuanto a su vida personal.

No se los he descrito; pues Papá es más alto que yo, le llego como al hombro; su cabello es negro y esta siempre un poco despeinado, su cara es redonda y puntiaguda en la barbilla, sus ojos siempre parecen estar cerrados y se le puede ver con una sonrisa a cada momento del día.
Siempre soy la victima de sus bromas, desde que tengo memoria me ha jugado distintas bromas; como ocupar la mano falsa de plástico cuando me da la mano o cuando sirve la comida a veces hecha algún ojo o dedo de plástico y créanme que las primeras veces da unos sustos…
Desde que mi Mamá no está, mi Padre siempre ha estado soltero, mis tías me han dicho que mi Papá cambio mucho con la partida de mi Mamá, pero no me han dicho en que aspecto cambio. Creo mi Papá ya supero el hecho de que mi Mamá no está, aunque a veces tiene sus colapsos mentales.
Por ejemplo; hace como dos meses entre al baño sin tocar la puerta y encontré a mi Papá abrazando y besando un trapeador con la foto de mi Madre. Aunque solo se quedo callado y cerró la puerta, supongo que ha de haber continuado con lo que hacía…
Al igual que Gerardo, mi Papá es un pervertido, a veces encuentro sus revistas porno tiradas por la casa, pero gracias a dios; no lo he encontrado “en plena acción”, es un gran alivio para mí, sino; creo que ni 3,400 horas de terapia puedan ayudar a superar eso.
Mi Papá se lleva muy bien con el Papá de Gerardo, creo que es su único amigo. A veces se reúnen en la casa de Gerardo para tomar, y se van de allí hasta que la Mamá de Gerardo los corre, aunque jamás han venido aquí a tomar desde esa última vez…
Llegaron medios tomados y me empezaron a tratar como la sirvienta, incluso mi Papá me obligo a utilizar un traje de sirvienta; al final de la noche me harte y solo los saque a patadas y con una escopeta en la mano. Si, descubrí donde guarda mi Papá sus armas.
Como les comentaba antes, mi Padre me ha humillado muchas veces; en su cartera tiene un bonche de fotos mías; desde que era bebe, mis primeros pasos, mi primer baño, cuando iba en primaria, cuando vomite en el parque de atracciones, cuando compre mis primeras toallas sanitarias… lo peor es que a todo mundo se las anda enseñando; a la persona que se sienta a su lado en el autobús, a las viejitas que ve en la calle, a la persona delante de él en una fila, y claro que yo me rehusó a salir con él desde que iba en sexto de primaria.
Les explico por qué; en ese entonces estaba viendo todo sobre los cambios del cuerpo y sobre el tener bebes, de hecho el sujeto que dio la plática nos traumo con sus diálogos y extravagantes fotografías… en fin, les decía; entonces fue cuando me llego mi primer periodo y pues yo no sabía cómo ocupar una toalla femenina, entonces mi Papá salió con la brillante idea:
- ¡Mi deber como padre es enseñarle a mi bebe como ocupar sus toallas! – Me dijo esa vez y aunque me le quede viendo raro continuó – Así que hija, ¡abre las piernas y aprende! - ¡Por supuesto que ninguna niña en su sano juicio haría tal cosa y como rehusé! El mismo trato de explicarme como se utilizaban.
- Recuerdo que así lo hacía tu Madre… - decía mientras abría una y se la colocaba, ¡claro que con el pantalón puesto! No sean malpensados… Y como no pudo explicarme, me tomó de la mano y me llevo hasta el centro de la ciudad en donde le preguntaba a cada mujer que pasaba:
- Señora, ¿le puede enseñar a mi hija como se ocupan estas? – preguntaba agitando la caja de toallas femeninas, claro que mi Papá no hacía caso a mis gritos de:
- ¡¡¡PAAPAAAAA!!! ¡¡POR DIOS!! – ha sido el momento más vergonzoso que he tenido con mi Padre, tuvieron que ser necesarias 248 horas de terapia para borrar esa humillación de mi cabeza.

Desde entonces sólo salgo con mi Papá para ir a la escuela, ya que él tiene la loca idea de que me pueden secuestrar y/o cuasi-violar camino a la escuela. Y en la escuela ni se diga, siempre encuentra la forma de humillarme con los estudiantes ¡y con los maestros!
También me obliga a salir con él cuando conduce, porque luego en el tráfico se desespera y grita:
- ¡Ya me harte! – Dijo la primera vez que empezó a hacer esta maña - ¡Salli… saca la pierna y guíñale el ojo al Señor para que nos deje pasar! – Por supuesto que rehusé y sólo le guiñe el ojo para que mi Papá me dejara de molestar, el Señor nos dejo pasar – Oh, vaya hija, tengo que salir más contigo… - me dijo sonrientemente. Si no estuviera penado por la ley, mi Padre ya me hubiera vendido por conseguir algo…

¡Oh no! Me pique con esto de mi Padre y ya no les conté, bueno, les contare luego, ¡buenas noches a todos!

Ahora sí, no me distraeré y les contaré que fue lo que pasó, lo que pasa es que el miércoles de la semana pasada entro una nueva compañera a mi salón, la verdad mi primera intención era venir aquí con el chisme y viborearla, pero ahora ya no me atrevo a viborearla, les cuento:
El miércoles llegue tranquilamente a la escuela, claro que mi Papá casi choca, de nuevo; por estar haciendo arrancones con un tipo que lo reto en un semáforo, pero a mi Papá se le olvido que tenía que detenerse para que me bajara en la escuela.
- Bien, abre la puerta y te empujo para que te bajes – me dijo descaradamente.
- ¡PAPA! – le grite y con eso se detuvo y me pude bajar bien y el continuó con sus arrancones y vi casi como chocaba con otro auto. Pobre de él si le hubiera hecho algo al auto, juro que lo mataría.
Bueno, total, llegue a la escuela y como siempre, mi salón hecho un relajo, en eso llega Gerardo y me pone su mano sobre el hombro.
- ¡¡WAAAA!! – grite porque no sabía quién me había agarrado y enseguida suelto un gran golpe en la cara de Gerardo.
- ¡Aahhh, Mi nariz! – grito Gerardo agarrándose la nariz con ambas manos.
- Perdón, perdón – le dije.
- Oye Salliah… - me dijo Gerardo incorporándose un poco - ¿ya sabes de la nueva alumna que entrará hoy? – me preguntó.
- ¿Nueva alumna? – exclamé extrañada.
- Si, hoy en la mañana le avisaron a los maestros y mi Madre me dijo que entraría en este salón – dijo mientras seguía sobándose su nariz.
Normalmente, la entrada de una “nueva” sirve para dos cosas:

1. Conocer y llevarte con otra persona que no sea los que ves a diario.
2. Practicar el ancestral y obligatorio ritual en una mujer: ¡viborearla!

Entonces así comenzó; a primera hora, la prefecta pasó a nuestro salón a entregar a la nueva.
- ¡A ver jóvenes! – grito la Prefecta mientras entraba al salón, algunos lanzaban bolas y avioncitos de papel, el maestro estaba en su escritorio amarrado en la silla y se movía desesperadamente para que la Prefecta lo desatara, en eso ella lo vio y solo hizo una cara de lastima.
- ¿Otra vez te amarraron? – Exclamó la Prefecta -… es la tercera vez en esta semana… - dijo sarcásticamente y enseguida le desató la boca al maestro y continuo – Jóvenes, les presento a su nueva compañera; ella es Valery Jhonas, por favor pasa – todos en el salón volteamos a ver a la puerta y por ella entró Valery.
Valery es una niña de mi misma edad, y la palabra que la describía era; perfecta. Su cabello negro y lacio perfectamente peinado con una diadema y un fleco en su pequeña frente. Cara perfectamente libre de suciedad, granos, lunares, bigote o cualquier otra cosa que fuera imperfección. Sus ojos grandes y azules acompañados de cejas perfectamente formadas y depiladas. Una nariz pequeña arriba de una boca pequeña con labios perfectos.
Valery no tenía nada para viborear, lo único que tenía era su perfección y su bolsa “Lapous” de la colección otoño (de las cuales solo hicieron tres en el mundo y cuestan un ojo de la cara). A primera vista Valery se notaba una chica matada, seria y reservada.
Valery se sentó hasta adelante cerca del maestro amarrado a su silla. La Prefecta salió del salón.
- ¡Hey! – Gritó el maestro con desesperación - ¡¿No me va a desatar?! – preguntó el maestro con una lagrimas fingidas.
- Es su salón, controle a sus alumnos… - dijo la Prefecta al salir. Claro que en ese momento el maestro comenzó a llorar y el grupo a seguir con su relajo.
Al poco tiempo, vi que Valery se levanto a desatar al maestro, y una vez suelto el maestro se tiro a sus pies llorando y dándole las gracias.
Como nadie le ponía atención al llorón del maestro, Valery se levantó de su asiento y comenzó a anotar todo lo de la clase en el pizarrón, la clase debía ser sobre derivadas, así que lleno el pizarrón lleno de ecuaciones en donde derivada distintas veces “f(x)”, todas sin el mínimo error.
- ¿Cómo sabes tanto? – preguntó asombrado el maestro.
- Pues… gane el premio “Mobel” de Cálculo el año pasado – dijo Valery y enseguida el maestro casi se desmaya de la impresión.
- Así que fuiste tú la que me quitó el premio… – y enseguida comenzó a llorar…
Llego la hora del receso y pues vi a Valery caminando sola y sonriendo nerviosamente a todos, pero los demás la ignoraban. Es muy feo entrar en una escuela grande y estar solo en el receso, así que le llame y la invité a que se sentara conmigo.
El primer día como que no tuvimos de que hablar, es por eso que quería venir y contarles de cómo la podríamos viborear, pero el jueves vi que Valery es una persona increíble.
Su familia es rica, por lo tanto a Valery nunca le ha faltado nada, incluso sus tenis y bolsas son de lo mejor y más caro. Tiene un hermano mayor que, por extraña razón se negó a contarme y adora e idolatra a un grupo de música llamado “Simplete Flan”.

Para el viernes, Valery ya había negociado su lugar cerca del mío y el de Gerardo. Valery se volvió mi mejor amiga y ya que la conoces, no para de hablar, es muy platicadora y sabe una gran cantidad de chismes…
También dice que le agrada estar conmigo, porque le causo risa; golpeando a Gerardo, tropezándome con una piedra, abriendo las cortinas estilo Cuasimodo, etc.
Y hoy le presente formalmente a mi Papá… ¡dios! Fue tan vergonzoso… jaló a Valery al sillón de la sala y la obligo a ver videos de cuando hacia obras y bailes en la primaria, incluso; en los bailes, se paraba frente al televisor y se ponía a hacer todos los pasos bailando.
Valery solo veía con pavor a mi padre bailando, quedo en un gran rato en shock cuando mi Papá fue por una falda hawaiana, se la puso y bailo tal y como lo hice en quinto de primaria… y como siempre mi Papá ignoro mis gritos de:
- ¡¡¡PAPAAAA!!! ¡¡QUÍTATE ESA FALDA, POR DIOS!! – Cuando a Valery se le bajo el shock, le dio un ataque de risa de lo gracioso y vergonzoso que es mi Padre…

Buenas noches a todos mis lectores y espero que mi nueva amiga, les haya simpatizado.

¡Hoy vengo tan feliz! Tan feliz que escribiré para ustedes mis lectores, les cuento porque vengo tan feliz.
Hoy durante el mugre receso de 15 minutos que nos dan; Gerardo volvió a hacer de las suyas; resulta que encontré una moneda tirada en el suelo, así que me agache a recogerla; Gerardo y Valery venían un poco detrás de mí, justo cuando me agacho una ráfaga de viento pasó levantándome la falda. Rápidamente la pegue a mis piernas con las manos y me volteé a ver a Gerardo.
- ¡¿Las viste?! – pregunté furiosamente.
- La pregunta es: ¿Quién no las vio? – Dijo sarcásticamente - ¿no lo cre… - pero antes de que terminara de hablar le solté un golpe en su cara que lo sacó volando y adivinen sobre quien cayó…
La Prefecta Floraflo iba entrando al baño de maestros, apenas había abierto la puerta, cuando vio que Gerardo venía hacia ella, ¡CUASH! Se oyó, porque no solo le cayó encima, sino que la empujó e hizo que se quedara atorada en el retrete. Suerte que el “trono” estaba vacío…
- ¡¡¡GEEERRRRAAAAARRRDDOOOOOOO!!! –gritó la Prefecta llena de ira y al intentar levantarse no pudo, así que seguía gritando y moviendo los brazos y los pies. Gerardo reaccionó y salió huyendo - ¡¡NO CORRAS PORQUE TE ALCANZO!! – lo amenazaba con el puño, varios estudiantes ya se habían reunido afuera del baño para ver y burlarse de la maestra atorada en el retrete.
A las pocas horas la maestra al fin pudo ser liberada, el conserje tuvo que romper la taza. Después de eso fue a mi salón en busca de Gerardo.
Cuando entró al salón, azotó la puerta con gran fuerza que hasta rompió el vidrio de la puerta, traía una cara de ira, su cabello completamente despeinado y venía completamente empapada junto con su ropa; lo único que le faltaba a esa escena era la musiquita chillante con violines.
Gerardo solo soltó un “¡Glup!” y se lanzó al suelo haciendo un pecho-tierra. La Prefecta camino entre los pasillos, agarró a Gerardo de las piernas y lo jalo hasta la entrada, el solamente gritaba de pavor y arrastraba las uñas por los suelos.
- ¡No fue mi culpa! – Gritaba - ¡Salliah me lanzó hacia usted! – la Prefecta se detuvo y lo miro con ira.
- ¡¿Cómo se te ocurre decir eso?! ¡Salliah es un amor! – Dijo y enseguida me volteó a ver y me sonrió alegremente – Hola Salliah – me dijo moviendo su mano, mientras Gerardo trataba de huir arrastrándose - ¡¿A DOOOOOONNNNDEEEEEEE?! – lo volvió a agarrar y lo arrastró fuera del salón.
Valery y el resto del salón estaban muertos de la risa, y también a mi me dio risa; es que la Profesora Floraflo me adora.
Cierto, no se las he descrito, bueno, la Profesora se llama Lavernatti Floraflo, pero todo mundo la llama por su apellido, da clase de historia en segundo año y es la prefecta de la prepa, osea que ella cuida que los alumnos se comporten como deben.
Ella está soltera y por lo que veo es muy codiciada ya que casi cada semana cambia de novio… ¿me preguntó cómo le hará?
La Profesora tiene como unos 35 años, su cabello es pelirrojo y muy esponjado, sus ojos son medianos y cafés, usa unos lentes de adorno color verdes y siempre se le puede ver con extravagantes cosas, tales como collares muy grandes, aretes de bola de distintos colores.
Ella sin duda alguna me adora y me ama, ¿quieren saber por qué?
Bueno, es un tanto vergonzoso, pero allí va:

Cuando iba en cuarto de primaria, la Profesora Floraflo me daba clases; en ese entonces trabajaba en primaria y no en prepa. Bueno, el caso es que en ese entonces comenzó una campaña de vacunación. Así que a todos los alumnos nos vacunaron. Llamaban a uno por uno y lo vacunaban en la enfermería.
Entonces, tengo que admitirlo, ¡le tengo pánico a las vacunas! Llegó mi turno, estaba más nerviosa que nada, entre a la enfermería, y pues esa habitación era grande; dentro de ella se encontraban dos enfermeras; la de la escuela y la que venía a vacunar, un maestro y la maestra Floraflo.
Me sentaron y justo cuando me pusieron el algodón con el alcohol comencé a gritar como loca.
- ¡¡¡¡AAAAAAHHHHH!!!! – Gritaba y salí corriendo hacia la puerta, pero esta tenía seguro así que la empecé a azotar brutalmente - ¡¡¡¡NNOOOOOO!!!! ¡¡¡QUIERO SALIR!!! - gritaba y comencé a correr por todo el salón, los dos maestros y las enfermeras trataron de agarrarme pero no podía, huí a una esquina y agarraba lo que tuviera a la mano y lo lanzaba.
- ¡Salli, tranquilízate! – me decía un maestro y antes de que me agarrara lo noqueé al lanzarle un diccionario marca “Akme” en la frente. ¡Y esos sí que son pesados!
- ¡¡¡AAAHHHHH!!! –seguía gritando y lanzando lo que pudiera. Varios maestros y alumnos se asomaban por la ventana para poder ver porque hacia tanto ruido. La Profesora Floraflo me agarro de la cintura y seguía moviéndome bruscamente que hasta la tiré y comencé a arrastrarme por el suelo, una enfermera me agarró de los pies y me jaló. De lo tanto que clavé las uñas deje marca en el suelo. Con la Profesora agarrándome de los brazos y la enfermera agarrándome los pies, solo así pudieron sujetarme luego inyectarme…
Por la caía que tuve con la profesora me lastime un poco la rodilla y me comenzó a sangrar poco, entonces la historia tendía a repetirse, pero la enfermera de la escuela tuvo una brillante idea…
- Salli, mira como no arde… - me dijo y enseguida me hecho un poco de agua.
- Oh, es cierto – exclamé – bueno ya échame bien – le dije y en seguida ella me echó rápidamente mucho alcohol en la herida - ¡¡AAAHHHHHH!! – volví a gritar y a llorar.
La enfermera era muy cruel y nos engañaba fácilmente…
Desde entonces la Profesora Floraflo se encariñó conmigo y por lo tanto me pasaba todo, aparte de que era una alumna brillante, me la ganaba fácilmente, y ahora en preparatoria jamás le ha creído a Gerardo que yo soy la causante de que siempre le caiga encima. Al que le va pésimo es a él.
Mi anécdota con las inyecciones le costó a mi Papá unas 20 horas de terapia, creo que es la terapia más barata que ha tenido que pagar, tal vez un día conozcan a mi psicóloga.
Por lo mientras eso fue lo más entretenido de lo que va de esta semana, a ver cómo me va la próxima, ¡buenas noches y hasta luego!

Resultado del día 5… ¡lleno de felicidad!

Hola a todos los seguidores de mi trágica y humillante vida… el día de hoy, mi Padre tuve otro colapso emocional por mi Madre, lo cual conllevo a que se distrajera con algo más, les cuento:

Íbamos normal, él y yo en el auto, platicando sobre la farsa del “Peluchelate” para ganar un millón de pelucholares, claro que en el mundo no hay ninguna moneda con ese nombre, por lo tanto, si ganaras no podrías gastarlo porque no existe, en fin, en eso estábamos, cuando a mi Padre le vino a la mente sus recuerdos.
- Tu Madre… ¡jugaba mucho a la lotería! – exclamó y enseguida soltó el volante y se puso a llorar.
- ¡PAPA, EL VOLANTE! – le grite, pero no me hizo caso, así que solo tuve que poner el freno de mano. El auto se detuvo por completo en frente de una tienda de mascotas. Una vez que pude recuperar el aliento y el corazón dejaba de latirme tan fuerte, voltee a ver a mi Papá.
- ¿Papá, qué te pasa? – le pregunté.
- Me he vuelto a enamorar… - dijo. En seguida voltee a ver que veía y para mi sorpresa no era una mujer… era algo dentro de esa tienda de mascotas.

Verán; mi Padre también ha desarrollado una extraña forma de distraerse cuando recuerda a mi Madre y esa es, comprando una mascota.
Veamos; según mi memoria, mi Padre ha tenido: cinco perros, dos conejos, una iguana, un tucán, tres pericos, 15 peces, cuatro gatos, dos tortugas, un amadillo, una tarántula, dos lagartijas, seis hámsters, dos ratones, un camaleón, dos erizos, 16 lombrices, tres hurones, dos gallinas, cinco pollitos, una rana, un saimirí y seis palomas blancas, creo que esas son, si mi memoria no me falla.

Todas sus mascotas han tenido siempre los mismos destinos: o se mueren o se escapan.
De hecho, con un perro Chihuahua, solo nos duró tres días porque mi Papá se sentó sobre él sin verlo, pobre… murió de asfixia

En fin, entonces mi Padre entró a esa tienda casi hipnotizado y me dejo afuera peleando con un oficial de tránsito por una multa que nos estaba poniendo. Al salir, trajo la desgracia consigo…
- Salli, quiero que conozcas… ¡a Pita! – me dijo muy feliz.
- ¡AAHHH! – grité cuando vi a Pita.
Pita, era un pitón de 160 cm de largo, mi Papá la traía enrollada en su cuello, el pitón era de un color café con manchas redondas café claro, tenía unos ojos grandes y negros, y lo peor es que a cada rato saca su lengua para producir su “sssss”.
¡Ah! ¡Como les tengo miedo a las serpientes!
Aunque pensándolo bien, cuando mi Papá tuvo su tarántula, una semana entera no dormí por miedo a esa araña, siempre se me ponía en el cuerpo y luego aparecía en mi cama o en mi desayuno.
Suerte que le cayó “misteriosamente” un libro cuando estaba en mi cuarto, pero mi Papá estuvo llorando como otra semana, incluso la enterró, y paró de llorar al comprarse sus lagartijas.

Volviendo con Pita… mi Papá subió al auto, con la serpiente enrollada, pero luego, no podía conducir con la serpiente en su cuello.
- Papá suelta a esa serpiente y maneja bien – le indique.
- Salli… Pita es un pitón, aunque es parte de la familia de las serpientes, tampoco la llames boa, eso la enfurece – me dijo.
- Papá… es una estúpida serpiente, no entiende nuestro idioma… - justo cuando termine de decirlo, Pita me lanzó un intento de mordida, pero no me agarró porque mi Papá la apretó con el asiento.
Hizo que todo el camino a la casa me mantuviera pegada y aterrada contra la puerta. Al llegar a la casa, mi Papá la dejo libre en el suelo de la sala.
- Papá, no voy a andar con esa cosa libre por toda la casa – le dije.
- Ella no es cosa, ahora es parte de la familia… ahora, ¿Qué le daré de comer? – dijo mientras iba a la cocina.

Subí las escaleras para ir a mi cuarto, pero antes pase al baño. Saliendo de allí, me dirigí hacia mi cuarto, al abrir la puerta, Pita me saltó directo a la cara.
- ¡¡AAAHHH!! – grité agarrándola y tratándomela de quitar, me movía desesperadamente, hasta que me caí por las escaleras.
- ¡¿Qué pasa hija?! – se asomó mi Papá algo asustado, el ya se había puesto su delantal y su gorro de chef; siempre los utiliza para cocinar.
- ¡Tu estúpida serpiente me quería comer! – le dije. Mientras Pita subía hacía el cuello de mi Papá.
- Salli; en primera, es un pitón; segunda, no es estúpida, es muy lista y muy sensible – decía mientras la serpiente asistía con la cabeza con cada afirmación – y tercera; ella no te va a comer, ¡ni siquiera cabes por su boca!
Después de este traumático episodio, me fui a la cama y para sorpresa Pita esta allí… Mi Papá se la llevo a su cuarto y según entendí, se duerme con ella.

A la mañana siguiente, justo cuando la luz entra por mi ventana escucho un sonido.
- Ssssss – de pronto moví la mano entre las sabanas.
- ¡¡WAAAAA!! – grité, cuando mi Papá llego a mi cuarto, Pita se había enrollado en mi torso y mi cuello, con su boca trataba de tragarme, pero no le cabía en la boca -… ¡ai… re… aire… aire…! – le decía a mi Papá con lo que me quedaba de aliento.
- ¡Aww! – Exclamó mi Papá con ternura - ¡Mira, te quiere dar un abrazo! – creo que en ese momento perdí el conocimiento.
Ahora la nueva mascota de mi Papá anda suelta por toda la casa, siempre me intenta comer, a veces sale del baño o en la cocina y lo peor de todo es que le gusta comer su aliento en mi cuarto; su alimento son ratones congelados que mi Papá se los calienta y le pone lechuga y otros condimentos.

¡Ayúdenme!

Resultado del día 6… ¡con pavor!

Buenas noches, ¿Cómo están los seguidores de mi trágica vida? Espero que bien, mientras mi Padre se la pasa bailando allá abajo con Pita, sí; luego en las noches pone la música a todo volumen y se pone a bailar, hoy por ejemplo está cantando y bailando “Does Your Mother Know” de ABBA, si, lo puedo escuchar cantando:


Una tortura y humillación para mí, porque mi Papá comienza a hacer pasos extraños y a saltar como loco, hace rato que baje, para mi sorpresa Pita también estaba bailando y dejo de bailar y me miro con ojos maliciosos hasta que me fui… de plano esa estúpida serpiente trae algo en contra mía.

Bueno, les cuento lo del día de hoy. En la mañana llegue y me topé con Valery como todas las mañanas.
- ¡Buenos días Salliah! – me saludó.
- Valery, buenos días – le contesté, después de eso platicamos sobre la terrible tarea que nos dejaron. En eso vimos a Gerardo salir de la sala de maestros.
- Si… ok, lo que digas… - dijo con una sonrisa mientras salía.
- Salliah, ¿Por qué Gerardo sale de la sala de los maestros? – me preguntó Valery.
- Ah es que su Mamá enseña aquí en la escuela – le respondí.
- ¿Y quién es su Madre? – preguntó.
- La Profesora Kitsumi – le respondí.
- ¡¿En serio?! – se sorprendió.

Lo que pasa es que la Profesora Kitsumi es la maestra más amable y buena onda de toda la escuela, ella da la clase de Arte, y siempre nos pasa todo; si no haces una tarea solo le dices y le cuentas un choro mareador y te permite traerla otro día. A mí por ejemplo, ni me revisa las tareas, solo ve que las haya hecho y me las cuenta.
La Profesora Kitsumi, se las describiré para que la conozcan; tiene unos 37 años, es como de la estatura de Gerardo, tiene el cabello rubio (aunque todos decimos que se lo pinta), su peinado es algo extraño ya que es lacio del fleco y esponjado del resto, usa lentes, tiene cejas marcadas y ojos color cafés, siempre la podemos ver con ropa un tanto elegante.

- Hola Gerardo – lo saludé cuando llegamos al salón.
- Salliah, mi Madre se lastimó ayer que fuimos a la pista de hielo – dijo Gerardo.
- Por eso estabas en la sala de maestros, ¿no? – preguntó Valery.
- Si, es que se rompió un tobillo y no puede caminar bien, suerte que hoy solo nos da clases a nosotros – respondió un tanto feliz.
Tal y como lo dijo Gerardo, su Madre o la Profesora, llegó al salón con unas muletas, la Profesora Floraflo la venía ayudando y la ayudó a recostarse en el escritorio.
- Vendré por ti al rato – le dijo la Profesora Floraflo y salió del salón.
Como la Profesora Kitsumi se sentía un tanto mal, dijo que nos daría la clase libre y que no hiciéramos ruido. Mala elección.
El grupo se descontrolo inmediatamente, solo veía a la maestra gritando:
- ¡Hey tu! ¡Siéntate! ¡Tú! ¡Deja de quemar esa banca! ¡Alguien por favor baje a Pancracio del techo! ¡Oh por dios, sepárense de una buena vez!
Pobre, estaba indefensa ante el descontrol del grupo, al finalizar la clase, la Prefecta no pudo venir por ella, así que le pidió a dos compañeros que la ayudaran a levantarse.
- Muy bien, ¿listos? – dijo la profesora cuando estaba lista para que la jalaran, ya tenía las muletas en las manos, solo necesitaba ponerse de pie – uno, dos, ¡tres!
Los compañeros la levantaron, pero justo se puso bien de pie se oyó:
“¡CRACK!”
La maestra se quedo quieta un momento y luego solo grito:
- ¡Demonios! – Si, gracias a la ayuda proporcionada, se le rompió el otro pie…

Gerardo tuvo que retirarse temprano y acompañar a su madre al hospital. Su mamá como maestra es excelente, y como persona también; cuando estaba más pequeña, mi Padre acudía a ella siempre que le pedía que me leyera un cuento, dado a que mi Papá solo me leía esas historias que venden en el puesto de “XXX”, y sobre matanzas, solo que le cambiaba algunas cosas y la intentaba parecer que todo era color de rosa… ¡¿Se imaginan?!
De sus historias recuerdo algunas como “Mari-Pousa en el Valle Encantado de los Calzones” y “Orgaspolis, la Ciudad Prohibida”, al crecer entendí cuando mi Papá se refería a cosas como “Me vengo” ó “Te comeré enseguida”. Lo más traumante fue cuando me leyó la historia de Juana de Arco y cambió el final diciendo que “Luke Skywalker la salvó y vivieron felices por siempre”… vaya decepción cuando me enteré de la verdadera historia.

La Mamá de Gerardo siempre me contaba cuentos buenos e inocentes, de hecho cuando mi Papá le contó la clase de cuentos que me leía, ella le lanzó un sartén en la cara… La Profesora Kitsumi es como mi segunda Mamá, se porta amable conmigo y me trata como su hija… lejana y muy lejana…

Como Gerardo andaba en el hospital tuvimos que posponer nuestro día de películas para el siguiente fin de semana, pero Valery vino a mi casa porque quería conocer a Pita, tiene cierta debilidad ante los animales.
- Vamos Salliah, Pita no es mala – decía mientras le advertía a que no se acercara mucho a ella – es un pobre animalito que busca amor en las personas que la ro… - en eso Pita le lanzó una mordida y Valery se alejo de inmediato aterrada - ¡¡Es malvada!! ¡Es la maldad encarnada en una pitón! – gritaba aterrada.
Insisto, esa estúpida serpiente me odia… porque con mi Padre se porta muy cariñosa, pero a mí me sigue viendo con ojos maliciosos que dicen “Te voy a comer…”, por lo mientras tendré que cortar mi explicación porque Pita ha llegado a mi cuarto a comerse sus ratones acompañados con crema de champiñones…
Buenas noches, iré a mi refugio secreto en donde espero que Pita no entre.