Virus War (capítulo 1)

En este mundo son unos pocos que nacen destinados para la grandeza, sin necesidad de esfuerzo, sólo necesitan sonreír. De igual manera existimos otros que luchamos contra el día a día, para alcanzar una meta, y dependiendo de la naturaleza de esa meta nos dicen optimistas, o nos tachan de codiciosos. Yo existo con el fin de alcanzar una meta, mi codicia, mi oscuridad. Es esa meta la que me mueve la que me permite seguir, porque en lo más profundo de mi corazón existe cierta maldad, que alimenta mi deseo de poder, de igual manera, me pudre poco a poco, y quien sabe si al final, esa maldad se convertirá en mi nuevo “yo”.
Hoy en día, subsistir sin una computadora parece de locos, desde la escuela hasta el trabajo, todo gira en torno a ellas, son nuestro epicentro, nuestra vida, y es gracias a ellas que he decidido el camino a mi meta. Piensen que una computadora de una escuela falla, y por error sube las notas de un estudiante; o mejor aún, que una computadora de un banco se llena de virus informáticos y accidentalmente envía cierta cantidad de dinero de una cuenta bancaria a otra. Tal vez esté loco, pero pensándolo bien hacerlo suena divertido, enviar un virus a una computadora es tan endemoniadamente simple: un correo electrónico. Con la programación adecuada, y un virus bellamente elaborado, dicha escuela dicho banco podría hacer caer en la bancarrota a cualquiera. Claro, esto suena a la idea de un sociópata, pero al fin y al cabo yo no soy tan distinto de uno.
Si se preguntan quien soy, es fácil: Leonardo Luna, de 22 años, y resido en Bogotá. Estudio ingeniería informática en la universidad nacional, y llevo 7 años programando virus. Al comienzo parecía inocente diversión, pero el entretenimiento se puede convertir en vicio para cualquiera, y ese es mi caso. Mi pasado está lleno de mis estrategias, y una a una las contaré.
Mi primer virus fue un error, un accidente, pero eso no le quita validez. Tenía 15 años, y estaba en mi clase de sistemas de décimo grado, escribiendo un código para el profesor, me puse algo aventurero, y trate de crear un juego de adivinanzas, nada complicado, pero lo escribí mal, y cree una especie de virus joke, este se ejecutaba abriendo todos los archivos de imágenes del computador, en orden analfabético, y luego los eliminaba junto con cualquier archivo del mismo nombre, o de la misma fecha. Fue terrible reprobar esa clase, pero me divertí tanto viéndolo funcionar, que, me parece, valió la pena. Estudié sobre los virus, más que para las clases en sí, y de igual manera, desarrollé cientos de códigos, para enviarlos por correo y molestar a algunos amigos, fue divertido, mis hijos: The time of your death, A living dinosaur, RIVER-NOTE, y keyboard. Todos ellos abrían ventanas de forma automática después de ser abiertos por e-mail. Uno de ellos obligó a alguien, no recuerdo bien su nombre, a eliminar su cuenta de correo.
Lo divertido apenas empezaba…..