Hielo y fuego [Cap 4/??]
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Hielo y fuego [Cap 4/??]
Wolas :3
Ya que esto va de escritos, y escribir me cuesta la mitad, (o menos ), que subir links de mis comics acá, pues lo pongo. De todos modos pensaba acabar esta cosa xDDDD
Hielo y Fuego: Prólogo
Capítulo 1: Gatos
Capítulo 2: Nayel
Capítulo 3: Alturas
Capítulo 4: Almacenes
Ya que esto va de escritos, y escribir me cuesta la mitad, (o menos ), que subir links de mis comics acá, pues lo pongo. De todos modos pensaba acabar esta cosa xDDDD
Hielo y Fuego: Prólogo
- Spoiler:
No podía creermelo.
Sentía la fría nieve sobre mi piel, calándome los huesos al colarse por mis calcetines.
Y seguía sin creermelo.
Crucé como un rayo el puente levadizo, abierto por circunstancias desconocidas, aunque ni siquiera me importaba. Quizás algún Guardia me sorprendía en el último momento, tirándose encima de mi y obligándome a volver... pero era poco probable, dado que las almenas estaban vacías. No había ni rastro de vida en aquel lugar.
Y por fin, llegúe fuera; al exterior. Sentí una alegría desbordante recorriendo mi pecho, mi corazón latía desbocado y la euforia me invadía. Me arrodillé sobre la nieve con lágrimas en los ojos. Tori, mi pajarito, vino y se posó en mi cabeza, piando con alegría.
Yo seguia sin creérmelo.
Pero...
¿Por qué Tori era tan grande? Algo no encajaba... no, si lo pensaba detenidamente, eso no era Tori. Era demasiado grande... sus plumas brillaban con destellos ígneos, era demasiado cálido... y crecía cada vez más.
Crecía y crecía. Parecía que me iba a aplastar con su peso... Me ahogaba...
Y entonces me desperté. En mi cama. De vuelta en Ainatir, mi ciudad; y mi cárcel.
...
Sabía que era demasiado bueno para no ser sólo un sueño.
Capítulo 1: Gatos
- Spoiler:
- Era de día. La luz se filtraba entre las rendijas de mi ventanta cerrada.
El PUÑETERO sol me daba en toda la cara. Que ganas de fastidiar de buena mañana, hay que ver...
Perezoso, me removí en la cama, sin la mas mínima gana de moverme. En esto, una voz me acabó de sacar de mi adormilamiento.
- Cariño, levántate o no podrás desayunar, recuerda que ayer ya no lo hiciste.
- Ya voooy...- Murmuré, con desgana.
Me levanté muy lentamente y fui dando tumbos hasta la puerta. Que sueño, por favor. Me arrastré, literalmente, por la pared, debatiéndome entre el sueño y la realidad. Pues sí, tengo mal despertar, ¿que pasa? A la mayoría le pasa.
Cuando llegué al salón, mi madre me estaba esperando.
...¿Que cómo es mi madre? Bueno, es guapísima. Quizás sólo lo diga porque es mi madre, pero bueno... a mi me parece guapa.
Es bastante alta; no sabría decir cuanto mide exactamente, pero está entre el metro setenta y el metro ochenta. Su cabello es muy largo, casi le llega a la cintura, y es muy rubio y brillante. Cuando era pequeño me encantaba acariciarlo, porque me encantaba su suavidad. Su rostro es amable, aunque se nota que ha sufrido mucho en la vida...
Sus ojos son tan azules y profundos como el mar. Nunca he visto el mar en persona, pero hay algunos cuadros en la galería en los que aparece pintado, y he escuchado algunas historias sobre él. Personalmente, mi madre es para mí la persona más guapa del mundo.
Aunque yo no me parezco en nada a ella.
- Kyle, cielo, ¿estás despierto, o lo que veo aquí es un zombie?- Rió con su voz cantarina y suave.
- ...estoy despierto, lo estoy...- Respondí, ronco.
Mi madre me sonrió, y me dió unas palmaditas en el hombro. Recuerdo vagamente que me dijo que me quedaban veinte minutos para llegar al comedor, y que si salía ahora me daría tiempo. También me dijo algo de unos gatos, pero eso no lo llegué a escuchar del todo.
Con un "Me voy!" cerré la puerta de la entrada y me dirigí hacia el comedor.
Creo que ahora es el momento de que explique cómo es mi reino.
Ainatir... qué decir. Es horrible.
Es como un castillo gigantesco de tres pisos. Todas las casas están dentro de una muralla que jamás se abre, siempre está cerrada y custodiada por soldados increíblemente fuertes.
La población está dividida en tres estamentos:
- Por un lado está la "Plebe". Yo soy de ese grupo, por cierto.
- En segundo lugar están los "Privilegiados".
- Por último, está la familia del rey. Y el rey, claro.
Depende de qué grupo social tengas, vivirás en uno u otro lugar.
La plebe es la que vive peor. Vivimos en el piso de abajo. Nosotros casi no podemos ver el cielo. El techo cubre casi todo lo que podemos ver. Las casas están alineadas según las obligaciones. Mi madre cultiva, por lo que estamos en una posición "privilegiada". Los campos de cultivo están abajo también, y sólo las granjas y los huertos tienen luz. Yo vivo al lado del huerto, por eso el sol me da en la cara cada mañana. Personalmente, no lo soporto.
Los privilegiados viven en el piso de arriba nuestro. Son pocos, no llegan a los cien. Pero ellos pueden ver el sol, el cielo, los prados... todo. En ese piso también hay otras cosas; una biblioteca enana, una sala de entrenamiento y las tiendas de provisiones, armas para exportar, etc. Sólo hay que decir que a los plebeyos no se nos deja ir hasta allá.
Y el rey vive en el piso de arriba del todo. Está en una especie de torre, hay que subir un montón de escaleras para llegar a sus aposentos, aunque la sala de reuniones está casi en el piso de los privilegiados...
Ahora mismo, yo me dirigía hacia el comedor. Está en el sótano, claro. Tiene que alojar a demasiadas personas y si lo pusieran en el primer piso existiría el riesgo de desmoronamiento.
El turno del comedor es horrible. Si no llegas a la hora exacta de tu turno de comida, te dejan sin nada, y los restos van para las vacas. Como yo soy lento me he quedado sin comer bastantes días. Y además creo que la señora encargada me odia.
Pues en esto que iba yo, feliz porque por primera vez en muchos días iba a llegar pronto, cuando de repente algo me saltó al paso.
- Miiiaaaaaaau~
Un gato. Un lindo gatito. Como me gustan los gatos. Son tan suaves, tan monos... Además me quieren mucho.
Entonces, por detrás de unas cajas, apareció otro gato. Y otro, y otro más. Me miraron con sus ojos almendrados, maullando dócilmente.
...demasiados gatos.
- Joder... mierda, mierda, mierda... gatitos, no, ahora no...
Los gatos se me acercaron, ronroneando. Se pegaron a mis piernas y se subieron a mis hombros. No podía dejarles hacer eso. ¡Iba a llegar tarde a comer! Quizás los gatos habían vuelto a cambiar de área, y se habían apostado por allá... Pero no era momento para divagar.
Salí corriendo como un poseso.
Los bichos me persiguieron con toda su alma, maullando desconsolados. Vaya si me querían.
En el fondo era culpa mía. De pequeño, que no me apetecía nunca comer nada, había tomado el hábito de darles de comer a los gatos. Al parecer me había convertido en una leyenda viva entre ellos, porque ahora nunca me dejaban en paz.
Pude divisar las puertas del comedor. Me quedaban tres minutos para entrar. Sonreí e intenté apretar el paso, pero...
Cuatro gatos se engancharon a mi y me tiraron al suelo. Caí con un gran estrépito. Entonces fue cuando el resto de la manada gatuna se me tiró encima. No sé cuanto tiempo me costaría quitármelos de encima, pero lo que era seguro era que ya no llegaba a desayunar.
...
Mierda. Como odio a los gatos.
Capítulo 2: Nayel
- Spoiler:
- Malditos gatos.
Me estaban aplastando con sus enormes traseros gatunos.... tan humillante...
Sé que lo hacían porque me tenían cariño, pero esto ya se pasaba de la ralla...
Podía escuchar risas a mi alrededor. Me enfurecí, oprque se estaban riendo todos de mí, en vez de ayudarme como los buenos ciudadanos que se suponía eran.
...Aunque claro, siendo yo quien era... normal que no me ayudaran.
Nadie lo hacía.
Nadie, excepto...
- ¡Kyle! ¿¡Estás bien!?- gritó una voz. Una mano salvadora apareció entre la jauría de mininos y, agarrando la mía, me sacó de allí.
Nayel.
- Gra... gracias.- Jadeé yo, agotado tanto mental como físicamente.
- Siempre te estás metiendo en proble as con esos bichos,- me riñó, (de un modo bastante pasivo, por cierto)- sé que a tí tampoco te gusta demasiado como huele, pero si te quieres mantener alejado de ellos, mejor usa ese repelente que vende la madre de Sahara.
Si, la única persona en este lugar de mala muerte que me quería, aparte de mi madre, era él. El hijo de un hortelano la mar de normal. Alguien que debería haberme odiado, como todos, pero que insistía en quedarse conmigo. La única persona en la cual podía confiar, la única a la cual le podía contar mis locos y atrevidos planes de fuga.
Para que os hagáis una idea:
Nayel es más alto que yo, como un palmo por lo menos. Su pelo es igual que el de casi todos los que viven aquí, es rubio, y sus ojos son azules. aunque su pelo era algo más oscuro que el de la media, no por ello dejaba de ser agradable a la vista. Es un chico al que le gusta trabajar, pero que a la vez tiene la picardía suficiente como para estar siempre metiéndose en líos. Como yo.
Quizás ese era otro de los motivos por los que nos llevábamos tan bien.
- Ah, si, Kyle,- me dijo. Su voz tenía un timbre que empezaba a tirar a grave. Estaba creciendo mas rapido que yo, el condenado.- Ya conoces a Gertrude, si no entras a la hora exacta no podrás comer. Y recuerda que te tiene una especial manía.
- Jajajaja...- me reí sin ganas.- ¿Sabes que? Creo que otra vez voy a salir volando... pero bueno, entraré de todos modos... en la vida hay que arriesgarse.
Él decidió esperarme fuera, y yo me adentré en el comedor. Era gigantesco. Claro, tenía que dar cabida a toda la población de Ainatir. Ya casi no quedaba nadie fuera del edificio, pero por dentro estaba tan vacío que parecía una ciudad fantasma. Esto no me lo esperaba... ¿Ya era tan tarde? Si aún me quedaba alguna esperanza respecto a desayunar, me la borré definitivamente de la cabeza. Y resignado, dí media vuelta y decidí marchar.
Pero...
- ¡Vaya, pero si es el joven Owens!- Una voz cascada pronunció mi apellido desde el otro extremo de la sala.- Ven, chico, ven, al menos saluda a la vieja Gertrude.
Gertrudis. Encargada del comedor. Tiene seis años más que mi madre, así que debe andar casi por los cincuenta. Pero a ella la vida no la ha tratado tan bien. su pelo es completamente canoso, tiene unas grandes ojeras surcando su cara, está bastante gorda, y últimamente se rumorea que tiene fuertes dolores de cadera. Sus ojos siempre han estado apagados... me pregunto por qué. Por otra parte, siempre está de mal humor, y tiene muy mal genio.
Ah, si... Y a mí me tiene una manía horrible.
Por eso el hecho de que me llamara ahora no me alentaba ni alegraba en lo más mínimo.
Lentamente, me aproximé hacia ella poco a poco. El retumbar de mis pasos hacía eco en la estancia. De fondo se podía escuchar a las ayudantes limpiando platos y a otras empezando a cocinar el menú del día. En el aire había un intenso olor a salchichas.
- Bien, encargada... ¿qué quiere?- Le dije, en un tono que intenté hacer sonar pasivo.
- Mírate. ¡Estás muy delgado! Me darías pena, pero...- objetó, en un tono bastante socarrón- las vacas están mas gorditas desde que te saltaste tu primer desayuno hace cinco años.
- ¡Yo no...!- intenté decir que yo no me "saltaba" el desayuno, sino que los gatos me amaban demasiado. Pero fue inútil...
- ¡No me repliques! Y yo que pensaba compensarte por lo de las vacas....
- ¿En... en serio?- Dije, sin poder evitar emocionarme un poco.
- Si...- se rió malévolamente, entonces- ¡Algún día!.
Zas, en toda la boca. Había vuelto a caer... y como se reía la condenada vieja...
- ¡Chicos, sacadlo de aquí!- Gritó ella.
De repente, el personal del comedor irrumpió. Eran dos hombres corpulentos y fornidos como un par de gorilas bien alimentados. (Aunque su cerebro era de mosquito...)
Me agarraron de las axilas y, sin miramientos, me lanzaron volando por la puerta después de abrirla.
Dí con el culo en el suelo. ¡Que dolor!
- ¡Cuando aprenda a hacar magia os vais a enterar, imbéciles!- Les maldije, rabioso.
Entonces, un objeto sólido impactó en mi cara. Era un paquete de galletas, aún cerrado. Marca Pontaneda.
- Comparto mi desayuno contigo, que te veo algo maltratado.
Nayel. Estaba intentando contener la risa, sentado con una pose de chulito delante mío. ¿Me acababa de dar... su desayuno? Me sentí culpable.
- Pero... Nayel... esto es tu comida... y esto escasea, no lo puedo aceptar...
- No seas idiota, si te hacen los ojos chiribitas... Además, para mí no escasea. Sólo tengo que usar mis "habilidades" con la encargada para que caiga a mis pies.- Me dijo, medio riendo.
Oh, si. Algo que no os he contado de Nayel. Es un ligón nato.
Aunque imaginarme cómo liga con la encargada me produce escalofríos.
- Bueno, pues entonces... ¡Itadakimasu!
Engullo las galletas en un tiempo récord. Que ricas están... Hacía dias enteros que no desayunaba nada. Tenía que agradecérselo luego, por supuesto. Quizás le invite a comer...
Pero a habría tiempo para eso. Me levanté y, mirando hacia el piso de arriba, me dirigí a él en tono decidido.
- Bueno, Nayel... Es hora de ir a trabajar.
Capítulo 3: Alturas
- Spoiler:
- Nayel y yo nos dirigimos hacia la columna central de la ciudad. Nuestro trabajo está en el piso superior, de modo que teníamos que utilizar las escaleras para llegar hasta allá. En el centro de la cárcel en la que vivimos, hay una columna enorme, altísima, que se eleva hasta casi un kilómetro de alto, segun mi colega Nayel. El sabe de este tipo de cosas, aunque yo no. Creo que soy un cazurro. Pero bueno, no importa.
Esa misma columna era la que ibamos a utilizar. Como para los plebeyos normales está absolutamente prohibido subir por ella, hay un par de guardias con lanza custodiando las escaleras. Pero eso no es problema para nosotros.
- Hey, tu, déjame pasar. Trabajo pendiente, tu sabes...- Le dije al guarda con menos cara de mala leche.
- Kyle, no seas maleducado.- Me dijo Nayel.- Hay que ser cortés con las damas...
¿Damas? ¿Que dice este? Me fijé mejor en "el" guarda...
... ... ¡La leche!
...Era una mujer. Vaya si lo era. Maldito uniforme cubre-todo y maldito cambio de guardias semanal. A estos dos no los conocía de nada. Y ellos a mi tampoco.
Creo que había entrado con mal pie. Sobretodo con ella.
- Disculpe a mi amigo, señorita, es incapaz de distinguir el bello rostro de una damisela como usted en un uniforme de soldado.- Le dijo mi amigo, inclinándose levemente ante ella, provocándole un leve rubor.- La verdad es que tenemos que llegar hasta nuestros puestos de trabajo, que se encuentran arriba.
- CONTRASEÑA.- Soltó el otro guardia. Tenía una voz superronca, parecía un ogro. Y encima, tenía cara de cerdo. Que grima daba.
- Por supuesto. La contraseña era... déjeme pensar...
- Crisantemo.- Dije yo. Me suelo acordar de nombres extraños con mas facilidad que Nayel. Uno de mis puntos fuertes, ¡yay!
Al oír eso, el ogro, (creo que voy a llamarle así apartir de ahora), se apartó de nuestro camino con rudeza. Si, decidido, parece un maldito ogro. Seguro que si le examinábamos la cabeza no encontraríamos cerebro en ella. Pero estoy divagando.
Nayel y yo hicimos una reverencia ante la señorita de nuevo, y nos enfilamos camino al piso superior.
Me encanta la vista que hay desde la torre. Aunque a la vez me aterroriza. La escalera de caracol tenía unas ventanillas que permitían ver el exterior a cada... diez metr... veint... (A la mierda, no se medir estas cosas), cierta distancia.
A poco trecho de altura era divertido, porque a medida que subías veías cómo parecía que te hacías más alto que los tejados de las casas.
Luego la altura iba subiendo, y podías llegar a ver algunas de las granjas más cercanas; a los niños dándoles de comer a los cerdos y a las gallinas, a los adultos sembrando en el huerto... Un día incluso me dediqué a contar los gatitos que había en un tejado. Conté siete, creo.
Pero cuando ya no llegas a distinguir bien la gente que camina por las calles, cuando empiezas a ver puntitos en vez de gatitos...
Bueno, a mi me encanta, porque me quedo estilo: "¡Fuah, que altooo! ¡¡Nos comemos el mundo!!". A Nayel casi le hace vomitar. El pobre no tolera las alturas. Vértigo, dice que es. Aunque arriba en el almacén está bien porque no ve lo lejos que está el suelo de verdad. Por eso él camina por dentro de la escalera y yo por fuera.
Aunque la primera vez que subí tuve mucho miedo. Porque entonces fue la primera vez que me di cuenta de la situación de todos nosotros, los de abajo.
Desde pequeño, siempre había pensado que el mundo era pequeñito, oscuro, de vez en cuando lluvioso y con goteras, otras veces con algún rayito de sol que otro... mi mundo se limitaba a las cuatro paredes que envolvían la ciudad. No cabía en mi cabeza que hubiera nada mas allá. Y aunque lo hubiera, ¿para que me servía? No tenía intención de salir de mi casa. Seguro que el mundo exterior, si había, resultaba horrible. A eso me aferraba yo, y todos los niños como yo.
Pero un día me escapé. Le había quitado la comida a un guardia y este estaba de mal humor. De MUY mal humor. Monté tal revuelo que me empezó a perseguir una patrulla entera. Y entonces, encontré un hueco. Unas escaleras ocultas. No las de la columna central, otras cerca de la misma. Pensé que sería un buen escondite y me metí dentro. Subí durante mucho rato, hasta que toqué pared. Una puerta secreta, que se abrió al empujar un poquito.
Estaba en la columna central. Y entonces miré por una de las ventanitas.
Mi primera reacción fue la misma que tengo ahora por lo normal. "¡¡Que chulo, se ve todo muy pequeñito!!", y ese tipo de cosas.
Luego fue cuando me di cuenta de que mi ciudad, el lugar donde vivía desde siempre, era como una gran caja. Como esas en las que metes los gusanos de seda.
"Vivo en una caja", pensé. Tenía siete años, así que la idea tardó un poco en calarme. Pero cuando me di cuenta, me quedé horrorizado. Vivía confinado, como los gusanitos de seda. Mi mundo se expandió de repente. Me di cuenta de que el mundo no era sólo eso. Que había mas cosas que nunca había visto, y de que nos obligaban a estar ahi dentro... ¿para que? Para nada.
Seguramente para satisfacer al rey con el fruto de nuestro trabajo.
Si, la primera vez que lo ví me quedé aterrado. Y fué entonces cuando empecé a tramar planes para escapar. Ahora estoy mas o menos acostumbrado a esta vista.
Como no suelo pensar mucho, la disfruto y punto. Ya saldré algun día de aquí. Y entonces se enterarán todos de quién soy...
- Kyle, tío, para un poco, por favor, que no puedo con mi alma...
- Ah, perdona, me he emocionado un poco, jajaja. Lo siento, Nayel.
- ¿Sabes lo que es subir más de mil metros corriendo como tú lo haces? No, claro que no lo sabes, si no llegas ni a contar hasta cien...- El pobre estaba jadeando. Y creo que me había insultado, pero lo dejé correr. Me senté a su lado a esperarle.
Nayel continuó con su charreta.
- No sé de dónde sacas tanta energía, en serio. Ni que tuvieras cinco años, no paras quieto ni un segundo. ¿Y no notas un nudo en el estómago? Porque yo sí. No sé si llamarte insensible, o yo que sé... Porque si no te llego a avisar me dejas atrás. Que cabrón que eres, tu...- Me dijo entre jadeos.
- Si estás tan bien como para hablar así, estás bien como para seguir subiendo.- Le avisé, incorporándome, y ayudándole a él a hacerlo.
- Bien, vale, pero ve más despacio, ¿entendido?.
En cinco minutos llegamos arriba del todo. Había una trampilla con una argolla al final. Tirábamos de ella hacia arriba girando la argolla noventa grados a la derecha y la trampilla se abría. Y entonces era cuando Nayel se lanzaba hacia fuera y se tiraba al suelo de madera cual desesperado, seguramente agradeciendo el haber llegado arriba.
Pero yo hacía otra cosa.
Yo me adentraba entre las pocas casas que había. Cruzaba un par de calles y salía del entramado de viviendas. Me asomaba un poco al hueco que había en la muralla y me dedicaba a mirar todo lo que se podía ver desde allí.
El exterior.
Capítulo 4: Almacenes
- Spoiler:
El exterior.
Podía verlo todo, hasta donde me alcanzara la vista. Simplemente magnífico.
Lo primero que podía ver eran las montañas, cientas de ellas, de todos los tamaños, tanto lejos como cerca. Esas montañas que no me dejaban ver más allá, pero que aún así me encantaban. Sus picos nevados, su falta de vegetación, sus pocos árboles grandes y picudos, sus ríos, sus grises rocas... me embelesaban, y deseaba más que nada ir hasta allá y verlo todo de cerca, con mis propios ojos. Tocarlo. Vivirlo.
También quería ir al gran lago.
He dicho que las montañas tenían ríos, ¿cierto? Bien, pues todos esos ríos... desembocaban en un grandioso lago, que ocupaba más de la mitad del valle.
Sus brillantes aguas me daban ganas de bañarme allí. Aunque seguramente estaría muy fría. Nayel me dice siempre que en las montañas hace más frío que en los valles, por lo que el agua de los ríos también será fría... y por consiguiente, el agua del lago también... ¿no?
Pero bueno, te puedes hacer a la idea... un montón de montañas, un gran lago y un valle, sin apenas hierba, pero no por ello menos bonito. Al ser verano tenía más plantas y animales, pero éstos, al estar yo tan arriba, no podía identificarlos.
Dicho así, seguro que a cualquier persona que tenga un mínimo de conocimiento del mundo le resultaría aburrido de ver. Pero a mi no. A mi me embelesaba siempre, no importaba mi humor o el clima. SIEMPRE me fascinaba. Ver ese paisaje me alentaba a continuar esforzándome para irme; saltar de alguna manera esa gran muralla de más de doscientos metros, (o más, no tengo ni idea de medidas), y correr a esconderme en alguna parte, con todas mis fuerzas, a algún lugar donde mi rey no pudiera encontrarme ni retenerme. Y Nayel vendría conmigo. Y mamá. Todos juntos escaparíamos de allí algún día. Ya tenía varios planes en mente para ello.
Tan absorto estaba penasndo en mis cosas y observando el paisaje, que no noté cómo una gran mano agarraba mi camiseta. De lo que sí me dí cuenta fue de cómo algo me empujaba hacia delante, hacia el abismo.
Quedé suspendido en el aire.
- ¡¡UUUUUEEEEEEEEEEEEEEH!!- Grité, horrorizado. Me revolví, completamente asustado, y agarrándome al brazo que me sostenía. El que me sujetaba rió, con voz grave y profunda que identifiqué al instante.
- ¡Jua, jua, jua! ¡Kyle, muchacho, ¿no tenías tantas ganas de salir fuera?! ¡Ya estás fuera! ¡Jua, jua, jua!
- ¡¡Krom, esto no tiene ninguna gracia!! ¡¡Déjame en el suelo de nuevo!!
Krom, mi jefe. Es el encargado del almacén de Ainatir. Cincuenta y ocho años. Se conserva genial. Tiene de todo; comida, armas, libros... todos vienen del exterior. Aunque claro, él no sale. Sólo el hombre de confianza del rey tiene el derecho de salir a comerciar y volver con la mercancía. Krom es muy corpulento, ya que se pasa el día entero clasificando cajas y moviendo objetos pesados. Es capaz de levantar cuatro veces su propio peso, (que no sé cuánto es, pero seguro que es mucho). Confía bastante en mí, y le parezco un chico fuertote, por eso me contrató. Yo también me fío mucho en él, ya que no tiene nadie a quien contarle mis secretos... por eso sabe que quiero salir de aquí. Aunque nunca debí decírselo. Ya es la quinta vez que me hace esto.
Mi jefe y su humor peculiar...
- ¡Chico, vas a volver a llegar tarde a tu puesto!- Me rugió, aún riendo, dejándome en el suelo. Yo estaba todavía temblando.
No, no me dan miedo las alturas. ¿¡Pero qué persona en su sano juicio no se asustaría de que le hicieran algo así!?
- Tan sólo miraba el paisaje... ya no hagas eso más, casi me da un ataque al corazón...- Suspiré, ya calmado.
- Pero ahora estás dentro de nuevo... ¿qué gracia tiene? Mejor te saco otra vez...- Dijo, volviendo a agarrarme. Yo me revolví y me alejé de él como un rayo.
- ¡Ni se te ocurra! ¡Gigantón descerebrado!- Le señalé con el dedo, temblando. Y acto seguido empecé a correr hacia el almacén.
Para que os hagais a la idea... el almacén es tan solo una casa enorme, de madera, con aspecto bastante resistente. Delante del almacén está la tienda, que es... una tienda, claro. Allá va a parar la mayor parte de lo que Krom y yo empaquetamos y clasificamos todos los días. Como el comercio es interno, no utilizamos ningun tipo de moneda, tan sólo tenemos un sistema de trueques.
Jein, el responsable de la tienda, es el hermano gemelo de Krom. No es tan corpulento como él, pero es igual de alto, y se parecen como dos gotas de lluvia. Básicamente, la diferencia de musculatura es lo único que nos permite a Nayel y a mí diferenciarlos.
Y hablando de Nayel, ahí está, delante de la puerta de la tienda.
- ¡Kyle, tío! ¿Dónde estabas? Tu jefe salió a buscarte hace ya rato.
- Admiraba el paisaje.- Dije. Me ahorré lo de decirle sobre la "bromita" de mi jefe, como siempre, porque sabía que no le haría ni pizca de gracia.- ¿Qué tal? ¿Mucho que hacer hoy?
- Eso debería preguntártelo yo a ti... ¿hay mucha mercancía o no? Sabes que mi cantidad de trabajo depende de lo que hagas tú.
Correcto. Al ser yo el que administraba toda la mercancía, dependiendo de si preparaba mucha o poca, Nayel, que era el encargado de venderla, tendría más o menos trabajo. A veces, cuando estaba mosqueado con él por lo que fuera, trabajaba el doble de lo que tocaba, y le hacía que así él también trabajara en exceso, lo cual no le gustaba nada.
- Pues aún no lo sé, así que espera un momentito a que lo mire, ¿si?.- Diciendo esto, me escabullí en mi almacén.
Revisé lo que el jefe había dejado para mí. Un montón de mercancía estaba apilada en el suelo. Con esto, tendría para llenar... así, a ojo... unas cincuenta cajas. Si me daba prisa, podría tenerlas listas para cuando acabara de trabajar. Si me daba prisa.
Tampoco tenía tantas ganas...
Salí para decirle a Nayel. Mi compañero asintió, conforme, y fue a avisarle a su jefe. El mío estaba sentado en una mesa cuando volví a entrar en el almacén. Le fulminé con la mirada, aún molesto con él por lo de antes, y me fuí a montar las cajas. Krom se rió entre dientes y se recostó en la pared. Estaba claro que el viejo no pensaba mover ni un dedo hoy tampoco. Últimamente me dejaba todo el trabajo a mí y él se va a dormir o a hacer lo que sea.
Pero en fin, tampoco es como si pudiera hacer nada con eso. Es mi jefe.
Fui a por el cartón para empezar a montar las cajas. (Si, las monto yo, soy un genio, muajaja). Pero cuando llevaba hechas unas treinta cuando me di cuenta de algo...
- Eh, Krom... me falta cartón.
- ¿Cómo dices, chico?
- Que me falta cartón.- Repetí.- Necesitaría unas cincuenta cajas, y aquí apenas hay material para hacer cuarenta. No voy a poder guardarlo todo.
Krom se levantó y observó el cartón. Asintió, con una mueca que no supe identificar, y me puso la mano en el hombro.
- Bueno, Kyle... no me han dado más cartón. Tenemos esto para toda la semana. A aguantarse tocan.
- Pero... lo que no guardemos se pondrá malo, ¿no?- Le inquirí.- Es lo que siempre me decías cuando empecé.
- Lo sé... pero bueno, no podemos hacer más. No nos mandarán más hasta la semana que viene.- Me revolvió el pelo y se dirigió hacia la puerta.- Voy a decírselo a mi hermano.
- ¿¡Eh!? ¿Vas a ir a verle?- Me sobresalté. Krom ODIA a su hermano. Con toda su alma. Creo que es por algo de que sus padres le dieron la tienda y él la quería o algo... nunca me enteré muy bien. Pero lo que tengo claro es que le odia. Por eso siempre me envía a mí a darle los recados. Creo que esa es la razón principal por la que me contrató.
- Si, chico... iré yo. No te preocupes, no llegaremos a las manos.- Al decir esto, volvió a reír y se fué. Pero a mi me dió muy mala espina.
Había algo en el tono de voz de mi jefe que no me gustaba nada.
Última edición por Kaitogirl el Mar Ago 28, 2012 2:33 pm, editado 4 veces
WOW!!D:
Parecía estar atrapada en un mundo que bromea con elll pero el final me gustó, en especial lo de "mi casa, mi cárcel", fue un WOW D:!!!
GenosNewbie - Mensajes : 24
UsakaCreditos : 50
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
Bien. Entre castigos paternos y ordenadores muertos, no pude hacer nada, pero ahora que ya "reviví"...
Capítulo 1 subido
Esto... no sé si me quedó demasiado largo, demasiado denso... ya me diréis como os gusta más, no me cuesta nada amoldarlo un poquito :)
Capítulo 1 subido
Esto... no sé si me quedó demasiado largo, demasiado denso... ya me diréis como os gusta más, no me cuesta nada amoldarlo un poquito :)
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
¡Ei, pues me ha gustado mucho la historia!
(*coff* masquenadaporquenoesdemisterioynocompiteconlamía *coff*)
Es en parte serio y en parte comico, mola, y ademas no es nada denso, si miras cualquier historia *coff* porejemplolamía *coff* verás que muchos hacemos cada capítulo de una longitud similar o incluso más largo. Has hecho un prólogo como lo he hecho yo, además, corto, pero está muy bien para introducir la historia.
PD: Estoy muy resfriado con esto de *coff* escribirunahistoriademisteriodeéxito *coff* ... Que diga... De publicar un escrito XD
PPD: Chorradas mías aparte, es una gran historia y muy bien redactada, ¡a ver como sigue!
(*coff* masquenadaporquenoesdemisterioynocompiteconlamía *coff*)
Es en parte serio y en parte comico, mola, y ademas no es nada denso, si miras cualquier historia *coff* porejemplolamía *coff* verás que muchos hacemos cada capítulo de una longitud similar o incluso más largo. Has hecho un prólogo como lo he hecho yo, además, corto, pero está muy bien para introducir la historia.
PD: Estoy muy resfriado con esto de *coff* escribirunahistoriademisteriodeéxito *coff* ... Que diga... De publicar un escrito XD
PPD: Chorradas mías aparte, es una gran historia y muy bien redactada, ¡a ver como sigue!
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
;A; Kaito! me encanto la historia (y recien vas por el prologo y el primer cap!) sigue asi espero con ansias mas
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
Lo eh leido y me ah ustado ;D odia a los gatos... a la hoguera! bien, como dueño del escrito mas largo te doy felicitaciones por esto.. ;D!
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Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
Red: Gua, me alegro de no hacerte la competencia xDDDDDD Y también me alegra que te guste =V
Y creo que tengo una seguidora devota cuyo nick empieca pot Tsu, sigue por bame y acaba en -chan... xDDDDDDD Gracias! =V
Nii-Nii Lo se, pero en el fondo le quieren =V
Usakglish No, no los odia, le gustan...cuando no le dan problemas xDDD
EDIT: Capítulo 2 subido :3
Y creo que tengo una seguidora devota cuyo nick empieca pot Tsu, sigue por bame y acaba en -chan... xDDDDDDD Gracias! =V
Nii-Nii Lo se, pero en el fondo le quieren =V
Usakglish No, no los odia, le gustan...cuando no le dan problemas xDDD
EDIT: Capítulo 2 subido :3
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
conde_milenario escribió:joder con la gorda, que malaje tiene
no hay duda, el mito de la caverna
Lo.... lo que? XDDD
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
Kaitogirl escribió:Lo.... lo que? XDDD
el mito de la caverna, es una teoria de Aristoteles, creo, donde las personas viven en una caverna y ven sombras de monstruos fuera, por lo que no salen, hasta que uno sale y ve uqe lso mosntruos son arboles
hay peliculas de este tipo: farenhide 79, gurren lagann, la isla, la fuga de logan
va de gente que vive en un lugar y no sabe lo que ocurre mas allá de las paredes
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
Wii! un abrazo! (Deja vu)
Capitulo 2! mola batante espera, yo no aguanto dias sin comer XD creo que no me aguanto ni un solos dia.. me agrada este cap. Nayel Rules! el tio ya me cae bien XD trabajar? de niños? jo..
Capitulo 2! mola batante espera, yo no aguanto dias sin comer XD creo que no me aguanto ni un solos dia.. me agrada este cap. Nayel Rules! el tio ya me cae bien XD trabajar? de niños? jo..
Usakglish788LVL2 - Mensajes : 79
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Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
conde_milenario escribió:el mito de la caverna, es una teoria de Aristoteles, creo, donde las personas viven en una caverna y ven sombras de monstruos fuera, por lo que no salen, hasta que uno sale y ve uqe lso mosntruos son arboles
va de gente que vive en un lugar y no sabe lo que ocurre mas allá de las paredes
Pero eso no es exactamente igual... estan encerrados porque asi tienen mas seguridad en caso de ataque, y porque asi tienen un mercado interno mas productivo y eficaz :B
Aunque en eso ultimo tienes razon, no tienen ni idea de lo que sucede fuera, los libros que tienen son todo mentiras xDD
Usakglish788 escribió:Wii! un abrazo! (Deja vu)
Capitulo 2! mola batante espera, yo no aguanto dias sin comer XD creo que no me aguanto ni un solos dia.. me agrada este cap. Nayel Rules! el tio ya me cae bien XD trabajar? de niños? jo..
Wiii!! Abrazo!!
No, no, lleva dias sin DESAYUNAR xDDDD No sin comer...
y si, tienen 16/17 años, pueden trabajar. La edad minima es 16 :3
EDIT: Capitulo 3 Subido =V
Re: Hielo y fuego [Cap 4/??]
la zona de escritos está muy pobre...
bueno, el 3 lo he leido y me ha encantado
bueno, el 3 lo he leido y me ha encantado
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